La alopecia areata es una enfermedad autoinmune que provoca la caída del cabello. El sistema inmunitario ataca por error los folículos pilosos, lo que provoca calvicie irregular.

La alopecia areata es un trastorno autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a sus propios tejidos. Se desconoce el desencadenante exacto, pero es probable que la genética influya y que el estrés, una enfermedad u otros factores ambientales puedan desencadenarlo.

El síntoma principal es la caída del cabello en zonas irregulares, más comúnmente en el cuero cabelludo. Otros síntomas pueden incluir:

• Pequeñas zonas calvas redondas

• Pérdida de cabello en otras zonas, como las cejas, las pestañas o la barba.

• Cambios en las uñas, como picaduras o surcos.

• En algunos casos, pérdida completa del cabello en el cuero cabelludo (alopecia total) o en todo el cuerpo (alopecia universal).

La alopecia areata puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo o etnia. Es más común en personas menores de 30 años.

La genética puede influir, y tener antecedentes familiares de alopecia areata u otras enfermedades autoinmunes aumenta el riesgo. Sin embargo, no siempre se hereda directamente.

El dermatólogo suele diagnosticar la alopecia areata mediante un examen físico y una revisión de su historial médico. En algunos casos, se puede realizar una biopsia o análisis de sangre para descartar otras afecciones.

Las opciones de tratamiento varían según el grado de pérdida de cabello y pueden incluir:

• Corticosteroides: inyecciones, cremas tópicas o medicamentos orales para suprimir el sistema inmunológico.

• Minoxidil tópico: puede estimular el crecimiento del cabello.

• Antralina: Un medicamento tópico que puede irritar la piel y estimular el crecimiento del cabello.

• Inhibidores de JAK: medicamentos orales que se dirigen a enzimas específicas involucradas en la respuesta inmunitaria.

• Terapia de luz: puede estimular los folículos pilosos.

No existe cura para la alopecia areata, pero los tratamientos pueden ayudar a estimular el crecimiento del cabello. La caída del cabello puede volver a aparecer y el curso de la enfermedad es impredecible.

Afrontar la caída del cabello puede ser un desafío. Los grupos de apoyo, la terapia y el uso de pelucas o postizos pueden resultar útiles. También es importante hablar con un dermatólogo sobre sus inquietudes.

Debes consultarnos si notas una pérdida de cabello repentina o irregular. El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden mejorar los resultados. Un dermatólogo también puede ayudarte a explorar estrategias de afrontamiento y a manejar cualquier angustia emocional asociada con la pérdida de cabello.