Un nevo displásico, o lunar atípico, es un lunar que tiene un aspecto diferente al de un lunar común. Puede tener bordes irregulares, un color desigual o ser más grande de lo habitual. Si bien la mayoría son benignos, pueden tener un mayor riesgo de convertirse en melanoma.

Las escisiones de lunares se realizan para eliminar lunares sospechosos de melanoma, que han cambiado de apariencia o que causan molestias. También realizamos escisiones para el diagnóstico definitivo mediante patología.

El procedimiento consiste en anestesiar la zona con un anestésico local. Luego se extirpa quirúrgicamente todo el lunar, junto con un pequeño margen de piel circundante. La herida se cierra con puntos de sutura.

Sí, cualquier procedimiento quirúrgico dejará una cicatriz. Tenemos mucho cuidado de minimizar las cicatrices, y la apariencia de la cicatriz dependerá del tamaño y la ubicación del lunar.

El tejido se envía a un laboratorio de patología para su análisis. Un patólogo analizará el tejido para determinar si es benigno o maligno.

El procedimiento suele tardar entre 20 y 30 minutos, dependiendo del tamaño y la ubicación del lunar.

Recibirá instrucciones sobre el cuidado posoperatorio, que incluyen cómo cuidar la herida y cuándo regresar para que le quiten los puntos. Es posible que sienta algunas molestias leves y se le formen hematomas, que pueden controlarse con analgésicos de venta libre.

Los resultados de patología suelen tardar entre 1 y 2 semanas. Nos pondremos en contacto con usted tan pronto como estén disponibles para analizarlos.

Es fundamental realizar autoexámenes cutáneos periódicos. También recomendamos controles cutáneos anuales o semestrales realizados por un dermatólogo, especialmente si tiene antecedentes de nevos displásicos o melanoma.

No, tener un nevo displásico no garantiza que desarrollará un melanoma. Sin embargo, sí aumenta el riesgo. Por lo tanto, es importante hacerse controles cutáneos periódicos y proteger la piel de la exposición excesiva al sol.